El aumento de la temperatura media global provocado por el cambio climático hará que zonas como la cuenca mediterránea se vuelvan más secas y áridas, lo que afectará de manera directa a la disponibilidad de agua. Un estudio revela que antes de 2100 el caudal de ríos en esta área disminuirá de media hasta un 34% en cabeceras, una cifra que alcanzará el 50% en otoño.