Investigadores de la Universidad de Murcia han estudiado los cambios en el cerebro que se asocian con la impulsividad, un rasgo de la personalidad que provoca dificultades para inhibir la respuesta ante un estímulo y predispone a reacciones no planeadas sin tener en cuenta sus consecuencias negativas. Estos patrones pueden servir como marcador para anticipar el riesgo de problemas conductuales.