Con la ayuda de expertos talladores, científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana han analizado de forma experimental las relaciones entre la anatomía de los brazos y la energía que gastaban nuestros antepasados prehistóricos cuando fabricaban herramientas líticas. Los resultados revelan que aquellos con antebrazos más cortos gastaban menos energía al tallar debido a la mayor eficacia de la palanca del brazo en el momento del golpe.
Los homínidos que habitaron el occidente europeo entre 500.000 y 250.000 años del momento presente construían sus herramientas líticas siguiendo un patrón similar. Estas pautas a la hora de escoger piedras y tallar para darles forma de bifaz parecen indicar que "existe una idea previa" a la hora de construir estas herramientas.