El grupo de investigación Observatorio de las Dos Culturas de la Universitat de València ha publicado un trabajo científico que constata la pérdida de interés por el cambio climático en los tres diarios españoles de mayor tirada en 2014, en contraste con la activa campaña en contra que se llevó a cabo en 2007 desde los medios más conservadores.
Durante los últimos 50 años, el calentamiento en el Ártico ha sido rápido mientras que el océano Antártico se calentado poco o nada.
Las condiciones del clima no contaminado de la época preindustrial pudieron ser más nubosas de lo que se pensaba hasta ahora, según los datos del experimento CLOUD del CERN. Los resultados revelan que los llamados vapores biogénicos emitidos por los árboles son claves en el crecimiento de las partículas (aerosoles) hacia tamaños donde pueden generar nubes.
La desertificación es una de las consecuencias más visibles del cambio climático. En España, un 20% del territorio ya ha perdido casi la totalidad de su vegetación, según un estudio del CSIC. Los investigadores constatan, además, que un uno por ciento sigue erosionándose y que los cultivos herbáceos son el paisaje más proclive a desaparecer.
Conocer la composición de las comunidades microbianas del suelo mejora las predicciones sobre el efecto del cambio climático. Esta es la principal conclusión de un estudio que vincula las funciones ecosistémicas y la estructura microbiana del suelo a nivel global. Hasta ahora se consideraba que la diversidad de las comunidades microbianas del suelo no afectaba al funcionamiento de los sistemas terrestres.
Durante cuatro semanas, la expedición científica a bordo del Royal Research Ship James Cook ha recogido muestras de polvo mineral desértico y hollín suspendido sobre el océano Atlántico. El objetivo de los investigadores ahora es analizar los procesos de transporte y deposición del polvo procedente del Sáhara y de incendios de África para conocer los efectos que genera su presencia en las zonas del planeta donde se deposita el polvo. Con estos datos, los científicos podrán reconstruir los cambios climáticos del pasado y predecir las tendencias del futuro.
Los rumiantes como vacas, ovejas o cabras producen el 35% de las emisiones de metano a la atmósfera. Un nuevo estudio, publicado en PNAS, desvela que el compuesto 3-nitrooxypropanol permite reducir los niveles de este gas de efecto invernadero sin riesgos para el animal.
Las regiones antárticas son laboratorios naturales para estudiar la biodiversidad y el impacto del cambio climático. En la Antártida, algunos ecosistemas marinos son especialmente vulnerables a la acidificación del océano, causada por un exceso de emisiones de CO2 a la atmósfera. Estudiar los briozoos antárticos –invertebrados marinos que viven en colonias y forman esqueletos mineralizados– puede abrir nuevas perspectivas para comprender los efectos globales de la acidificación en los océanos.
El hielo del Ártico se rompe, se separa y se derrite, y con ello el hábitat del oso polar, obligado a recorrer largas distancias a nado y sin descanso para encontrar suelo firme. Un estudio confirma que estos mamíferos, protagonistas de nuestro #CienciaaloBestia, nadan cada vez más por el cambio climático. Destaca el caso de una joven hembra que recorrió más de 400 km en solo nueve días.
Coincidiendo con la celebración del Día de la Tierra, la Organización de Naciones Unidas vuelve a reunir hoy a la gran mayoría de los países que aprobaron el pasado 12 de diciembre el Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático. En un acto en su sede en Nueva York, los representantes de 168 Estados firmarán el documento. Es el primer paso hacia su ratificación y posterior entrada en vigor en 2020.