Muchos científicos se han cuestionado sobre la migración anual de las mariposas monarca desde el este de Norteamérica hacia determinados bosques de abetos en México. Investigadores estadounidenses han descubierto ahora que las mariposas utilizan sus antenas, y no su cerebro como se pensaba, como mecanismo para guiarse a través de los 3.000 km de viaje hasta su destino final.
A partir de técnicas de comportamiento y neuroimagen, investigadores de la Universidad College de Londres han rastreado cómo surge el conocimiento conceptual en el cerebro humano y cómo éste guía la toma de decisiones. El estudio, publicado en el último número de la revista Neuron, analiza cómo nuestro cerebro sintetiza conceptos que nos permiten organizar y comprender el mundo.
Las técnicas de interrogatorio coercitivas empleadas durante el mandato de Bush para obtener información de sospechosos de terrorismo es probable que hayan sido infructuosas y que hayan tenido muchos efectos negativos no intencionados en la memoria y las funciones cerebrales de los sospechosos. Así lo indica un nuevo estudio publicado hoy en la revista Trends in Cognitive Science.
El hipocampo y la corteza prefrontal son dos regiones cerebrales esenciales en los procesos de la memoria.
Investigadores del Instituto de la Mente y el Cerebro de Suiza trabajan en un modelo que replicaría las funciones del cerebro humano en un plazo de 10 años. Los expertos sostienen que la tecnología actual ya permite copiar y reproducir la estructura de este órgano rápidamente. Una de sus posibles aplicaciones se centra en el tratamiento de las enfermedades cerebrales.
Investigadores europeos, entre los que participa el equipo de José María Delgado, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide, están investigando la comunicación cerebro-máquina para estimular el cerebro sin necesidad de introducirse dentro. La última fase del trabajo consiste en buscar posibles aplicaciones en enfermedades como el insomnio o algunos tipos de problemas neurodegenerativos que afecten a la corteza motora. El proyecto, bautizado como Hyper Interaction Viability Experiments (HIVE), está financiado por el VII Programa Marco.
Un estudio de la Universidad de Barcelona (UB) ha analizado en qué partes de la cara se fija nuestro cerebro a la hora de reconocer rostros. Éste se adapta para sacar de cada cara la máxima información posible, y según el estudio, los datos clave para el reconocimiento están, en primer lugar, en los ojos, y después, en la forma de la boca y la nariz.
El cerebro extrae la información para el reconocimiento facial sobre todo a partir de los ojos.