Las proteínas de origen vegetal, como la soja y las lentejas, o incluso el tofu son ya algunas alternativas a la carne animal. Un equipo sugiere ahora que la sustitución del 20 % del consumo de carne de vacuno por proteínas microbianas derivadas de la fermentación con el azúcar reduciría a la mitad la deforestación y las emisiones de dióxido de carbono asociadas para 2050.
Las evidencias paleoantropológicas halladas hasta ahora sobre el Homo erectus, que apareció hace unos dos millones de años, sugerían que la dieta carnívora había moldeado nuestra evolución e impulsado cambios en el comportamiento y los rasgos anatómicos humanos, como un mayor cerebro. Un equipo de científicos rebate ahora esta hipótesis, a la que asocian a un muestreo intensivo de fósiles en un periodo y yacimiento determinados.
Un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad revela que el consumo de alcohol en la población general española no ha disminuido en los últimos 20 años y, además, se asocia con una gran carga de enfermedad y mortalidad. El problema es especialmente preocupante entre los jóvenes, más vulnerables a sus efectos.
Casi dos millones de los fallecimientos prematuros debidos a la contaminación del aire a escala global podrían atribuirse al consumo de bienes de consumo en los países del G20, según un estudio con datos de 2010 y el efecto de las partículas contaminantes PM 2,5. Los resultados ayudan a comprender la responsabilidad de los consumidores de unas naciones en otras.
El uso de antorchas y una buena visión nocturna permitió a los neandertales cazar en cuevas unas aves esquivas durante el día y de plumaje negro, conocidas como chovas. Según un nuevo estudio, el hábito de consumirlas por parte de estos homininos fue extenso y frecuente.
Hace once años un programador estadounidense utilizó por primera vez bitcoines para pagar unas pizzas. Desde entonces, tanto el valor como el uso de esta moneda digital se han disparado, así como su consumo energético que no sale gratis al planeta. Pero ya que todo empezó con comida, ¿qué hubiera pasado si en lugar de minar bitcoines hubiéramos producido alimentos?
Enviar un email, ver una película por streaming, comprar on line o hacer una videollamada se han convertido en acciones cotidianas en la pandemia. Pero cada una supone un impacto ambiental no solo en forma de emisiones de CO2, sino también en gasto de agua y tierra. La mayor huella recae en la transmisión de datos.
Investigadores españoles concluyen que no hay evidencias de que el consumo moderado de diferentes bebidas alcohólicas pueda relacionarse con beneficios para la salud o un menor riesgo de enfermedad. Tras revisar estudios publicados en los últimos 20 años, la recomendación es clara: el consumo más seguro es el consumo cero.
Los resultados de la encuesta europea sobre consumo de drogas en el contexto de la pandemia por COVID-19 indican que el 71,9 % de las personas que se declaran consumidoras de sustancias psicoactivas ilegales han cesado o han reducido la frecuencia o la cantidad de su consumo.
El confinamiento y la inminente crisis social y económica pueden tener su efecto en la ingesta de alcohol y aumentar las desigualdades en colectivos vulnerables. Para Xisca Sureda, investigadora en Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Alcalá, “quizá este sería un buen momento para desempolvar, revisar y aprobar una ley de alcohol y menores que parece haber quedado en el olvido”.