Un nuevo modelo ha logrado predecir el riesgo de extinción de estos insectos por el cambio climático y revela que en muchas zonas, como la península ibérica, ya han sobrepasado el umbral de tolerancia al aumento de temperaturas.
Hace 66 millones de años, en las tierras emergidas de Laurasia –en la actualidad, el hemisferio norte–, una tortuga terrestre primitiva de unos 60 cm logró sobrevivir al evento que mató a los dinosaurios. Fue la única en lograrlo en esta zona del mundo, según confirma un paleontólogo español que ha analizado sus peculiares fósiles hallados en Francia.
Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva han generado la secuencia genómica completa de la extinta cotorra de Carolina a partir de un espécimen femenino parte de una colección privada de Espinelves (Girona). La falta de señales de disminución de la población en su genoma apunta a una extinción abrupta mediada por el ser humano.
La actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas revela que diez especies que estaban en peligro de extinción han mejorado su situación gracias a los esfuerzos de conservación. Sin embargo, los efectos del cambio climático todavía golpean a la biodiversidad por el aumento de eventos extremos.
El rascón de Guam es la segunda ave en la historia en recuperarse después de ser declarada Extinta en estado silvestre. / © Greg Hume
Casi el 25 % de los eucaliptos están amenazados de extinción. / © Courtney Whitton
Existen regiones que presentan una gran riqueza de especies vegetales, conocidos como puntos calientes de biodiversidad, pero también están los llamados puntos fríos que se caracterizan por poseer menor abundancia. Un nuevo estudio demuestra que los puntos calientes pierden, como consecuencia de la actividad humana, un mayor número de especies y más rápido en comparación con los fríos.
Un equipo de científicos de la organización estadounidense Global Wildlife Conservation ha conseguido fotografiar a varios ejemplares de ciervo ratón en Vietnam. Esta especie se creía extinta por la caza descontrolada, sin embargo, los habitantes de la zona aseguran que estos animales nunca desaparecieron.
La paleontóloga Laia Alegret, de la Universidad de Zaragoza, ha contribuido a obtener la primera medida del pH de las aguas superficiales tras el impacto de un asteroide que produjo una extinción masiva a finales del Cretácico. Este estudio indica que su impacto en la Tierra, hace 66 millones de años. provocó la acidificación de los océanos.