Los esfuerzos de la comunidad científica por aclarar los ahora llamados ‘fenómenos anómalos no identificados’ se suelen centrar en aspectos físicos, como la aceleración o maniobrabilidad de los objetos observados. Pero su avistamiento también provoca un efecto transformador y una forma benigna de interés obsesivo no patológico en las personas que los ven, según la encuesta que ha realizado a casi un centenar de ellas un investigador de la Universidad de Cádiz.
En respuesta al informe de un grupo de expertos independiente, la agencia espacial estadounidense nombrará a un director de investigación de ‘fenómenos anómalos no identificados’. “Haremos este trabajo de forma transparente en beneficio de la humanidad”, ha señalado el administrador de la NASA, Bill Nelson, pero, de momento, “no hay ninguna evidencia de que tengan un origen extraterrestre”.
Drones, aviones, globos de investigación, equipos militares y fenómenos meteorológicos están detrás de la mayoría de los 'fenómenos aéreos no identificados', aunque algunos siguen sin tener una explicación. Se necesita información válida para la ciencia. Así lo asegura un grupo de expertos que, de momento, no ha encontrado ninguna conexión entre estos avistamientos y la vida extraterrestre.