Los supervivientes de la pandemia que acabó con el 50 % de la población europea a finales de la década de 1340 tenían una variante genética que pasaron a su descendencia y que, aparte de proteger de la peste, acarrea un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes, según un estudio liderado por la Universidad de Chicago.
Investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid han analizado más de 250 moscas 'Bactrocera oleae' de seis países mediterráneos. Su presencia en acebuches desde hace miles de años ha favorecido el aumento de sus características genéticas, lo que les permite sobrevivir y seguir expandiéndose.
Estos mamíferos, protagonistas del #Cienciaalobestia, pueden habitar en altitudes de entre 3.000 y 6.000 metros en entornos con poco oxígeno gracias a su genética. Si se viviera en estas condiciones durante mucho tiempo, otros animales –al igual que los humanos– podrían experimentar problemas pulmonares y cardíacos graves.
Un estudio liderado por la Universidad de Oviedo identifica las posibles claves genómicas de la inmortalidad de ‘Turritopsis dohrnii’ y los mecanismos generales que permiten su continuo rejuvenecimiento. El trabajo no persigue lograr estrategias para la inmortalidad humana, sino entender los mecanismos para dar respuesta a enfermedades asociadas al envejecimiento.
Una colección de fotos de 'falsos gemelos’, junto con un análisis de ADN, ha revelado que un fuerte parecido facial está asociado con variantes genéticas compartidas. El estudio está liderado por Manel Esteller, genetista de la Universidad de Barcelona.
Un estudio internacional ha identificado cómo se activan las 20 copias de la proteína p53, exclusivas de los elefantes, para aumentar la sensibilidad y la respuesta contra las condiciones carcinógenas. El trabajo supone un avance en la comprensión sobre cómo la proteína contribuye a prevenir el desarrollo de esta enfermedad.
Esta especie extinta, similar a un pez con ojos y de cuerpo parecido a un gusano, contaría con un esqueleto cartilaginoso que supondría la evidencia fósil más antigua de los cambios que dieron lugar a la aparición de organismos con espina dorsal o columna vertebral.
Un trabajo pionero estudia los perfiles funcionales y genéticos de descendientes de la misma edad de personas que han llegado a cumplir o no 100 años. Los resultados concluyen que los primeros son menos vulnerables y comparten los patrones de expresión génica con sus antepasados más longevos.
La comunidad científica tiene claro que los perros proceden de los lobos grises, pero no hay consenso sobre cuándo, dónde y cómo ocurrió esta transición. El análisis del genoma de estos depredadores de la Edad de Hielo revela que los perros tienen doble ascendencia de dos poblaciones distintas de lobos.