Las cianobacterias son conocidas por realizar la fotosíntesis usando la luz solar, pero investigadores del Centro de Astrobiología han descubierto que también sobreviven a más de 600 metros de profundidad en el subsuelo de río Tinto (Huelva). Este estilo de vida subterráneo, que podría remontarse a sus antepasados no fotosintéticos, ofrece pistas sobre la presencia de organismos similares en entornos actuales o primitivos de otros planetas, como Marte.
Después de realizar dos perforaciones en las entrañas de Río Tinto en 2011 y dejar pasar un año para que se asentaran, ingenieros y científicos del Centro de Astrobiología (INTA–CSIC) han colocado esta semana sensores en los pozos. El objetivo es monitorizar en tiempo real todos los parámetros fisicoquímicos de las perforaciones y la transmisión de la actividad metabólica del subsuelo por control remoto. Comienza así la segunda fase del proyecto Iberian Pyritic Belt Subsurface Life Detection, IPBSL.
Algunos paisajes de Río Tinto parecen realmente marcianos.
Bajo el suelo de Río Tinto, en Huelva, un reactor de microorganismos parece estar detrás de la elevada acidez y las altas concentraciones de hierro que caracterizan a este río único en el mundo. Científicos del Centro de Astrobiología acaban de comenzar una campaña de perforación para saber quiénes son y cómo trabajan estas misteriosas bacterias subterráneas. Quizá guarden algún secreto del subsuelo de Marte.