El impacto económico de las olimpiadas ha sido desigual en los países en los que se han celebrado. Según el Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad Autónoma de Barcelona, los juegos en la Ciudad Condal, hace 20 años, fueron un caso de éxito rotundo e incomparable. Pero no siempre es así.
Hay una explicación científica para los deportistas fuera de serie: poseen una combinación genética preparada para batir marcas. Con los avances en terapias génicas, los expertos se plantean si el resto de atletas tendrá que modificar su genoma para poder competir en igualdad de condiciones, algo no permitido por las autoridades deportivas. Además, la complejidad del ADN amenaza con echar por tierra los controles de dopaje genético, al no poder distinguir entre variantes genéticas naturales o introducidas. Algo similar ocurrió con los controles de género.