Hace 95 millones de años, una tortuga de río se adaptó a ambientes marinos y realizó una migración extraordinaria desde el antiguo continente de Gondwana, que agrupaba lo que hoy es África y Sudamérica, hasta Laurasia, la masa continental del norte de la que formaban parte Europa, Asia y Norteamérica. Sus restos, hallados en la localidad de Algora en Guadalajara y en Portugal, son prueba del primer evento de dispersión conocido de una tortuga desde Gondwana.
La serpiente primitiva probablemente era nocturna y depredadora silenciosa de vertebrados e invertebrados. Habitaba en los medios terrestres y contaba con una extremidad inferior formada por un par de patas con tobillos y pies con pequeños dedos. Así la describen científicos estadounidenses que han analizado 73 especies de serpientes y lagartos, vivos y extintos, para realizar un árbol genealógico completo que se remonta al primer antepasado de las serpientes.