El 60 % de los antiguos usuarios de vehículo privado que accedían al centro de la capital dejaron de utilizarlo cuando se estableció esta zona de bajas emisiones, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid. Los modos de desplazamiento más beneficiados fueron el transporte público, caminar e ir en bicicleta, además de aumentar servicios como el taxi y la movilidad compartida.