Los mamíferos terrestres tardaron 10 millones de generaciones en alcanzar su tamaño máximo, mientras que los acuáticos lo hicieron en la mitad del tiempo. Un grupo de investigadores internacionales ha medido, por primera vez, la velocidad de la evolución del tamaño en los mamíferos y han visto que se tarda diez veces más en aumentar que en disminuir el tamaño.
La pequeña musaraña Juramaia proporciona la primera evidencia fósil conocida de los euterios. Imagen: Mark A. Klingler
La pequeña musaraña Juramaia proporciona la primera evidencia fósil conocida de los euterios. Imagen: Mark A. Klingler
Los saurópodos, los mayores dinosaurios terrestres, tenían una temperatura corporal de entre 36 ºC y 38 ºC, cifras semejantes a las que registran los mamíferos modernos. El análisis de isótopos de los dientes fósiles de estos animales plantea si los saurópodos podrían haber sido de sangre caliente.
El encinar es uno de los bosques más representativos de la Península Ibérica y da refugio a especies amenazadas, como el águila imperial ibérica y el lince ibérico. A pesar de su importancia, este ecosistema se está convirtiendo cada vez más en un hábitat modificado por el ser humano, hasta el punto de que en ocasiones ya no se considera a los encinares ‘bosques’ como tal.
Reconstrucción de un ejemplar de Hadrocodium.
Pinsapos, abetos comunes, encinas, robles albar y alcornoques son las especies que más sufrirán los efectos del aumento de temperaturas. A esto se añade la situación de los vertebrados, que verán su territorio aún más reducido a finales de siglo. Los datos se desprenden de un estudio sobre los efectos del cambio climático en la biodiversidad española presentado hoy en Madrid.
El corazón de un ratón que acaba de nacer tiene la capacidad de reconstruirse tras sufrir una lesión. Imagen: Science / AAAS.
El pez elefante (Gnathonemus petersi), pariente de los tiburones, muestra aspectos fundamentales sobre el árbol evolutivo.
Los elefantes modernos mantienen el gran tamaño de sus ancestros.