A bordo de un velero, la expedición Tara Oceans ha recorrido miles de kilómetros para analizar la diversidad marina de todo el planeta. Dos de sus estudios, centrados en los organismos microscópicos, proporcionan evidencias para comprender el impacto de la crisis climática en los océanos.
La acidificación de los océanos queda registrada en los cristales del esqueleto de coral. Este hecho supone una nueva herramienta para el estudio de los cambios ambientales del pasado y luchar contra el cambio climático. Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por el científico español Ismael Coronado Vila, del Instituto de Paleobiología de Varsovia (Polonia).
Científicos de las universidades de Alcalá y Autónoma de Madrid, en colaboración con la organización WWF, han detectado densidades de microplásticos de hasta 100 gramos por metro cuadrado en una playa del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, en Lanzarote. Su procedencia más probable es el giro oceánico del Atlántico Norte.
La concentración de sedimentos reduce la visibilidad de las especies marinas. Con estas aguas cargadas de materiales, el pez payaso, protagonista de nuestro #CienciaaloBestia, se pone más nervioso y se vuelve más cauteloso para eludir a sus depredadores. Según un nuevo estudio, este esfuerzo perjudica no solo a su reproducción, sino también a la búsqueda de refugio y alimento.
Científicos de la Universidad de Barcelona han encontrado elevadas densidades de restos textiles de 3 a 8 mm de largo a grandes profundidades en los mares del sur de Europa. Según los expertos, estas microfibras proceden mayormente de las lavadoras domésticas.
El lugar de origen de los primeros vertebrados ha sido siempre un tema debatido en paleontología. Las hipótesis apuntaban hasta ahora a las zonas de arrecifes, de agua dulce o incluso del océano abierto, basadas en el análisis de escasos y pequeños fragmentos fósiles. Un nuevo estudio señala que la cuna de los primeros vertebrados fueron en realidad las aguas costeras intermareales y poco profundas.
Un equipo internacional dirigido por el IRB Barcelona ha generado un algoritmo de aprendizaje automático para predecir funciones genéticas desconocidas de los microbios. El sistema examina y compara el big data existente de metagenomas de microbiomas humanos y medioambientales. Este hallazgo ha permitido a los investigadores asignar cientos de funciones genéticas que estaban fuera del alcance de los métodos actuales de la genómica computacional.
El microbioma del océano profundo es un reflejo de las partículas colonizadas en superficie. Esta es la principal conclusión de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas tras analizar las muestras tomadas durante la Expedición de Circunnavegación Malaspina 2010.
Cada año aumenta la cantidad de plásticos que navega a la deriva por las aguas del continente europeo, que alcanzará un peso superior a las 250.000 toneladas. En el Atlántico, el Báltico y el Mediterráneo, cuyas profundidades ha explorado la organización OCEANA, estos residuos provocan graves daños: sus playas y frágiles hábitats marinos así como áreas de hasta mil metros de profundidad y los estómagos de los peces que viven en ellas están en peligro.
Las altas concentraciones de partículas de plástico recientemente descubiertas en el Océano Ártico han revelado su origen: son pintura de barcos, desechos de nailon de redes de pesca y restos de la gran mancha de basura del Pacífico.