La cumbre sobre inteligencia artificial celebrada en París ha mostrado la brecha entre Europa y Estados Unidos en la regulación de esta tecnología. Mientras la UE aboga por un desarrollo controlado y equitativo, la administración de Trump se negó a sumarse al acuerdo final. El evento estuvo marcado por el rechazo de OpenAI a una oferta de compra de Elon Musk y por el anuncio de inversiones millonarias en el sector.
La nueva plataforma de inteligencia artificial, que desafía a las tecnológicas estadounidenses, enfrenta ataques maliciosos a gran escala mientras su modelo de bajo coste genera tensiones en los mercados.