Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) propone una metodología para estudiar las construcciones agrarias tradicionales que ya no se utilizan -como cuadras, palomares o molinos-, y que puedan volver a tener un nuevo uso. Estos edificios se podría destinar a servicios ligados al turismo rural, la elaboración de productos artesanales o la dotación de bienes para la población rural.