Un grupo de investigación español ha constatado el importante rol del solsticio de invierno en la orientación de diferentes elementos de las ciudades romanas, particularmente en la época de Augusto. El emperador concibió su gobierno como una auténtica refundación de la ciudad de Roma, promoviendo su identificación con el dios Apolo y la orientación hacia el solsticio de invierno de edificios emblemáticos y ciudades.