El calentamiento global hará que la península ibérica sufra cada vez más carencias hídricas, con graves pérdidas económicas. Menos nieve, menos lluvia y menos caudal pondrán en peligro la continuación de los trasvases. Un nuevo estudio sobre estos efectos en el trasvase Tajo-Segura prevé que para 2070 no se podrá transferir agua, si se cumplen las proyecciones climáticas.