Investigadores de la Universidad de Almería han comprobado que la combinación de dos ácidos grasos omega 3 procedentes de peces es la responsable de sus beneficios cardiovasculares y neuronales. Han comparado en ratas el efecto individual de cada uno de ellos, obtenidos por separado a partir de microalgas, con la combinación presente de forma natural en el aceite de pescado. Los resultados confirman que su capacidad preventiva ante ciertas enfermedades se debe a la acción conjunta de ambos.