Las hembras de rata se sienten atraídas por las feromonas de los machos y cuando este hecho ocurre liberan dopamina en el núcleo accumbens del cerebro –una región implicada en el control del comportamiento dirigido a obtener recompensas–; y esta emisión depende del neurotransmisor glutamato. Son las tres principales conclusiones de un estudio publicado en la revista Frontiers in Neuroanatomy y elaborado por un equipo de investigación de la Universitat de València y la Universitat Jaume I.
Un nuevo estudio confirma los efectos a largo plazo de la droga sintética MDPV, conocida como ‘caníbal’. El trabajo, liderado por investigadores de Cataluña, muestra cambios de comportamiento asociados con alteraciones de la expresión de factores directamente relacionados con la adicción.
Un nuevo estudio revela cómo el cerebelo responde de una manera muy potente al efecto de la cocaína, hasta tal punto de cambiar sus mecanismos de plasticidad. Los resultados servirán para crear mapas de vulnerabilidad que orienten la prevención y las terapias para luchar contra la adicción.
Un nuevo estudio demuestra que a las personas que consumen cocaína les resulta más difícil olvidar intencionadamente. Los investigadores afirman que olvidar permite desechar la información innecesaria para permitir que otros recuerdos más relevantes sean codificados y almacenados con mayor eficacia.
Cada vez que vas a hacer una elección, tu cerebro trata de predecir sus consecuencias. Para ello calcula matemáticamente sus expectativas y después las compara con el resultado real. De esa forma, aprende de sus propias elecciones. Una nueva investigación premiada por la revista Science utiliza la optogenética para entender cómo funciona este complejo proceso. La técnica será útil para nuevas terapias contra las adicciones.
Investigadores estadounidenses han encontrado relaciones entre genes heredados de los neandertales y rasgos clínicos de los humanos actuales que afectan al sistema inmunitario, la piel, el cerebro y la salud reproductiva. Entre los hallazgos más sorprendentes, se ha desvelado que un trozo específico de ADN neandertal aumenta el riesgo de adicción a la nicotina y que algunas variantes influyen en la probabilidad de sufrir depresión.
En este momento del año puede que ya se haya dado cuenta de que alcanzar los objetivos que se marcó para 2016 no es tan sencillo como creía. Un nuevo estudio revela el porqué. Las costumbres dejan una huella consolidada en los circuitos cerebrales de los ganglios basales, encargados de controlar los comportamientos adictivos.
Un equipo internacional de científicos ha descubierto un mecanismo neural crucial para explicar el proceso de recompensa y adicción a la nicotina, el principal compuesto psicoactivo del tabaco.
Un estudio en el que participa la Universidad Pompeu Fabra recoge las diferencias en el papel que tiene el receptor CB1 en el consumo de cocaína según su localización en un tipo de neuronas, las glutamatérgicas y las gabaérgicas. Los resultados aparecen publicados en la revista Neuropsychopharmacology.
Suena el despertador y de inmediato Saturnino toma un sorbo de Coca-Cola. A lo largo del día este gesto se repite incesantemente hasta llegar a consumir ocho litros de este refresco. Desde que cambió el café por la cola hace 18 años por su cuerpo han corrido 52.000 litros y de su bolsillo se han esfumado cerca de 36.000 euros. Sin problemas de salud aparentes, la adicción a esta bebida es su verdadera perdición. Pero no existe un consenso científico que explique el mecanismo por el que miles de personas sienten esta misma atracción.