En muchos países del mundo aún se utiliza habitualmente la leña y el carbón y otros combustibles sólidos para cocinar, lo que perjudica la calidad del aire interior y exterior. Un nuevo estudio ha analizado la influencia de estas emisiones en la salud humana y en el clima, y concluye que la eliminación gradual de este tipo de cocción evitaría la muerte de 22,5 millones de personas hasta 2100 y ayudaría a reducir las temperaturas globales.
El uso de prendas compresivas de disipación térmica en la parte superior del cuerpo no ayuda a reducir la temperatura corporal excesiva durante el ejercicio. Así concluye un nuevo estudio, publicado en Journal of Aging and Physical Activity, que afirma cómo a 40º incluso podrían aumentar el consumo de oxígeno y la producción de CO2.
La gestión de las zonas forestales, los cambios en el uso del suelo y el tipo de vegetación son los principales factores que determinan las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2 y el metano, en ecosistemas naturales y tierras agrícolas del África Subsahariana. Así lo recoge la mayor recopilación de estudios en este ámbito realizada por un equipo internacional de investigadores, con la participación de la Universidad Politécnica de Madrid.
Investigadores de la UAM, en colaboración con el University College London y la Universidad de Salamanca, han demostrado que para que se produzca daño vascular en pacientes diabéticos, además de la elevación de la glucosa en sangre, es necesario que las células vasculares estén previamente inflamadas.
Un equipo de investigadores de varios centros españoles, en colaboración con la empresa BioDan Group, ha desarrollado un prototipo de bioimpresora 3D capaz de crear piel humana totalmente funcional. Esta piel es apta para ser trasplantada a pacientes y para probar productos cosméticos, químicos y farmacéuticos.
Practicar kárate de forma continuada mejora la precisión incluso cuando esta empieza a deteriorarse por el envejecimiento. Así lo destaca una investigación de la Universidad Complutense de Madrid que ha medido la velocidad de anticipación de 275 de personas, karatecas y no karatecas.
Un nuevo estudio demuestra que a las personas que consumen cocaína les resulta más difícil olvidar intencionadamente. Los investigadores afirman que olvidar permite desechar la información innecesaria para permitir que otros recuerdos más relevantes sean codificados y almacenados con mayor eficacia.