Científicos suizos y españoles exponen en un estudio un protocolo de diseño y evaluación de las medidas de mejora de la Política Agraria Común, que se aplica en Europa. Para ello, los expertos proponen una regulación que aumente el efecto positivo de la agricultura sobre la conservación de la biodiversidad europea a través de la evaluación continua de las medidas para cumplir los objetivos ambientales.
En los años '60 el aumento de la producción agrícola con técnicas de producción modernas (selección genética, explotación intensiva de monocultivos, y uso masivo de fertilizantes, pesticidas y herbicidas), la llamada 'revolución verde', limitó las emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de ser un modelo agrícola con más fuentes emisoras de CO2. Investigadores estadounidenses afirman que desde 1961 los mayores rendimientos por hectárea han evitado que lleguen a la atmósfera unos 600.000 millones de toneladas de CO2.