En un ambiente tan extremo como las emisiones de material que expulsan los agujeros negros supermasivos pueden nacer las estrellas. Así lo confirman las observaciones de una galaxia situada a 600 millones años luz de la Tierra, un descubrimiento que ayudará a comprender mejor las propiedades y evolución de nuestra Vía Láctea.
A principio de este año se presentó al lejano y extraordinariamente luminoso punto de luz llamado ASAAAN-15lh como la supernova más brillante de la historia, pero nuevas observaciones astronómicas ponen en duda esa clasificación. Un grupo de astrónomos propone que la fuente de este evento lumínico tan extremo y excepcional es un agujero negro rotando a gran velocidad mientras destroza una estrella que se ha aproximado demasiado.
Una estrella el doble de grande que nuestro Sol y un agujero negro danzan uno alrededor del otro dando una vuelta en un solo día. Es lo que han descubierto investigadores de la Universidad de Jaén al analizar el microcuásar GRS 1758-258 con la ayuda del Gran Telescopio Canarias.
Un equipo internacional de astrónomos con participación de la Universitat de València acaba de ubicar la posición de un agujero negro supermasivo y medir el campo magnético en el centro de actividad de una galaxia elíptica gigante a tan solo 60 millones de años luz de la nuestra.
Mrk1018, un agujero negro supermasivo situado en el corazón de una galaxia lejana, ha cambiado de apariencia por segunda vez en treinta años. Un estudio acaba de demostrar que su último cambio se debe a la escasez de materia en el entorno del agujero negro. Sin gas que absorber, el brillo del agujero negro desciende.
En los años 70 Stephen Hawking teorizó que los agujeros negros no son completamente negros, ya que pueden emitir una radiación que hoy lleva su nombre. Ahora un físico israelí ha recreado un agujero negro sónico en el laboratorio para aportar la mejor prueba hasta la fecha de la existencia de esa radiación y del entrelazamiento cuántico que se produce entre dos partículas, una que queda dentro y otra fuera del agujero.
Científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias han contemplado, por primera vez, viento alrededor del disco de acreción de un agujero negro, el V404 Cygni. El hallazgo ha sido conseguido gracias a las observaciones realizadas con el instrumento OSIRIS del Gran Telescopio CANARIAS.
Stephen Hawking predijo que los agujeros negros pueden emitir radiación de forma espontánea, algo que los científicos llevan décadas tratando de demostrar. Ahora investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han propuesto un criterio teórico para detectar este efecto en el laboratorio, un hallazgo que un físico israelí afirma haber conseguido.
Con un telescopio sencillo de 20 centímetros de diámetro se pueden detectar los cambios de luz que producen algunos agujeros negros cuando, de vez en cuando, emiten enormes cantidades de energía. Lo ha demostrado un equipo internacional de astrofísicos al observar V404 Cygni, un sistema binario de estrella y agujero negro que ‘despertó’ el año pasado en la constelación del Cisne.
Un equipo de científicos españoles, en el que participa la Universidad de Granada, ha detectado de forma muy precisa una estructura en la parte más interna de un cuásar situado a unos 5.000 millones de años luz de la Tierra. Estos objetos lejanos son muy pequeños, pero emiten grandes cantidades de energía, en este caso debido a un disco de materia caliente que orbita a gran velocidad alrededor de un agujero negro supermasivo.