Un equipo internacional de investigadores ha encontrado moléculas similares a la heparina, aisladas a partir de pepinos de mar, algas rojas y esponjas marinas, que inhiben el crecimiento del Plasmodium falciparum, uno de los parásitos causantes de la malaria. A diferencia de la heparina, estas moléculas tienen una actividad reducida como anticoagulante sanguíneo, lo que abre nuevas vías para el desarrollo de medicamentos antimaláricos.
Los productos naturales se han convertido en una fuente inagotable de nuevas soluciones farmacológicas. En la UMA, un grupo de investigación del Departamento de Química Orgánica está trabajando para obtener resultados que permitan diseñar nuevos medicamentos que combatan enfermedades infecciosas o el propio cáncer.