Un estudio publicado en Nature Communications revela cómo los mismos genes reguladores se han utilizado para generar diferentes órganos y estructuras biológicas en los seres vivos durante el proceso evolutivo. El trabajo demuestra cómo una mutación sin sentido aparente hace más de 700 millones de años fue el motor molecular de complejas novedades morfológicas en varios vertebrados, incluida la especie humana.
Los peces payaso y las anémonas de mar viven en constante simbiosis con unas microalgas. Las tres especies obtienen las unas de las otras protección frente a los depredadores y alimento. Pero esta asociación también puede ser perjudicial cuando aumenta la temperatura del agua y desaparecen las algas, esenciales para la supervivencia de las anémonas que terminan blanqueándose y estresando a los peces. Este fenómeno podría reducir sus poblaciones a largo plazo.