Un nuevo enfoque terapéutico liderado por una investigadora española utiliza un conjugado de proteínas para que el propio sistema inmune produzca anticuerpos contra la inmunoglobulina E o IgE, principal desencadenante de las reacciones alérgicas graves. Ha funcionado según lo previsto en modelos murinos.
Los casos de anafilaxia como efecto secundario de la inmunización son ‘extremadamente poco frecuentes’. Un estudio realizado sobre la población de Reino Unido e Irlanda menor de 16 años vacunada entre 2008 y 2009 muestra que solo siete niños sufrieron esta respuesta inmunitaria después del tratamiento.