La repentina merma del olfato y el gusto podría ser uno de los síntomas de COVID-19. No se trataría de la primera infección que produce alteraciones de las percepciones nasales, también causadas por traumatismos, tumores, abuso de drogas y exposición a toxinas.
No todo el mundo es capaz de reconocer el aroma fuerte y característico en el pis humano que se produce tras comer espárragos. Esta habilidad tiene un origen genético, según un estudio publicado en el número especial de Navidad de la revista BMJ.