Los productos farmacéuticos que acaban en los ríos pueden tener impactos ecológicos inesperados, según han comprobado científicos de la Universidad de Umeå (Suecia) al estudiar el efecto de medicamentos ansiolíticos en percas europeas salvajes (Perca fluviatilis). Los peces que consumieron esta droga se volvieron menos sociales y más atrevidos y devoradores.
Un estudio realizado en colaboración por investigadores de The Scripps Research Institute (La Jolla, USA), el Hospital Universitario Niño Jesús (UAM), la Stanford University (USA) y la Universidad Autónoma de Madrid ha desvelado el mecanismo de acción del Neuropéptido S, único compuesto con demostrada actividad ansiolítica que a la vez es un estimulante y que aumenta la vigilia en ratones. La contrapartida es que también causa la recaída en el consumo de cocaína en ratones que la han consumido con anterioridad.