Experimentos realizados en el CERN por un equipo internacional de científicos han constatado que los núcleos atómicos de algunos elementos tienen forma periforme. Estos resultados, además de su valor para refinar las teorías sobre la estructura nuclear, pueden ayudar a establecer el dominio de la materia sobre la antimateria, e incluso la validez del modelo estándar de la física de partículas.
Científicos de la colaboración ALPHA del CERN han presentado la primera evidencia directa de cómo los átomos de antimateria interactúan con la gravedad. El estudio, que publica Nature Communications, se ha centrado en medir la masa gravitacional del antihidrógeno.
Uno de los detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el LHCb, ha observado por primera vez la ruptura de la simetría entre materia y antimateria en la desintegración de la partícula conocida como mesón Bs. Hasta ahora solo se había observado este fenómeno en las desintegraciones de otro mesón, lo que supuso el Nobel de 2008 a Kobayashi y Maskawa. En el estudio han participado investigadores de las Universidades de Santiago de Compostela, Barcelona y Ramón Llull.
El estudio de los neutrinos en el experimento T2K, situado en Japón, abre la puerta para entender por qué el universo está hecho de materia y no de antimateria. En él participan más de 500 investigadores de 12 países, entre los que se encuentran dos grupos españoles, el Institut de Fìsica d’Altes Energies (IFAE, consorcio Generalitat de Catalunya-Universitat Autònoma de Barcelona) y del Institut de Fìsica Corpuscular (IFIC, CSIC-Universitat de València).
Se crean cantidades aproximadamente iguales de materia y antimateria en la colisión de núcleos de oro energético, pero a causa de que la “bola de fuego” se expande y se enfría rápidamente, la antimateria puede sobrevivir el tiempo suficiente para ser detectada. Un núcleo de antihelio-4 (en primer plano) acompaña aquí al núcleo ordinario de helio-4 (al fondo).
El próximo 19 de abril es la fecha prevista para que el espectrómetro Magnético Alfa (AMS), un avanzado detector de partículas y radiación, viaje hacia la Estación Espacial Internacional a bordo del transbordador Endevour. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) coordina la parte española del proyecto, en el que también participan otras tres instituciones nacionales (IAC, CEDEX e INTA).
El acelerador de partículas Fermilab.
Científicos de todo el mundo diseñan en el Instituto de Física Corpuscular (IFIC) de Valencia el Super Flavour Factory ‘SuperB’, un nuevo colisionador de partículas subatómicas que descifrará nuevas claves sobre la constitución y el funcionamiento del Universo. La ubicación del nuevo “Super Colisionador” está prevista en Europa.