Los cambios demográficos en las grandes urbes dependen de millones de decisiones individuales, pero la población evoluciona en función de dos factores: lo que ‘recuerda’ de su pasado reciente y la existencia de otras zonas urbanas alrededor. Un equipo hispanoargentino de investigadores apoya este planteamiento mediante algoritmos, que muestran cómo las ciudades españolas tienen una memoria colectiva de 15 años e interaccionan con otras situadas a 80 km. En EE UU estos valores son 25 años y 200 km.