Un estudio, liderado por españoles, muestra que el incremento de la aridez puede alterar la capacidad para albergar vida y limitar la provisión de servicios ecosistémicos fundamentales a más de 2.000 millones de personas residentes en estos entornos.
Un nuevo estudio indica que la Tierra experimentará sequías cada vez más frecuentes y extremas que las que han tenido lugar hasta ahora. Esta situación se agravará tanto por el cambio climático como por los flujos entre la superficie de la tierra y la atmósfera, lo que planteará grandes riesgos para el planeta y la vida humana.
El verano es cada vez más extenso y cálido en España, donde los climas semiáridos se han extendido en más de 30.000 km2 en las últimas décadas. Estas son algunas de las conclusiones del informe presentado ayer por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Los datos del impacto del cambio climático en los últimos 40 años muestran que hay más de 32 millones de personas directamente afectadas.
Un equipo internacional de investigadores, liderado por la Universidad Rey Juan Carlos, ha comprobado que la diversidad vegetal tiene un efecto positivo en la capacidad de los ecosistemas para proporcionar servicios a la humanidad de manera estable a lo largo del tiempo. El estudio identifica qué aspectos de la diversidad vegetal determinan la estabilidad de los ecosistemas bajo distintos escenarios climáticos.
La sequía y el aumento de temperatura ya provocan sustituciones de especies, mayor aridez y riesgo de incendio, y menor fertilidad del suelo y disponibilidad de agua, entre otros efectos negativos. Una amplia revisión de estudios y registros de datos revela hay especies menos resistentes al cambio climático y que el impacto del cambio climático se agravará en las próximas décadas.
En la provincia de Almería se encuentran dos especies de pinos, los que están más al sur de Europa. Un equipo de la Universidad de Córdoba ha analizado su situación y relaciona su mortandad con el cambio climático y la reducción de la disponibilidad hídrica. Los científicos proponen reducir la espesura de la masa boscosa en zonas más áridas para evitar la desaparición de estos pinares.
Hay lugares del mundo que ya sufren con dureza las consecuencias de los extremos cambios de temperatura producidos por el cambio climático, y tratan de adaptarse a ellos. En el seco norte de Chile, una empresa de agua apuesta por utilizar un millón de esferas de polietileno para evitar que se evapore un recurso cada vez más escaso y preciado, el oro transparente del futuro: el agua potable.
Un equipo internacional de científicos ha comparado la respuesta fisiológica a años secos en 160 áreas forestales que representan cinco tipos diferentes de bosques. Los resultados demuestran que el aumento de la diversidad de especies arbóreas en varios bosques centroeuropeos no contrarresta los efectos del incremento de la aridez asociado al cambio climático, en contraste con lo que ocurre en los bosques mediterráneos.
Según un estudio internacional que publica hoy la revista Nature, liderado por la Universidad Rey Juan Carlos, factores asociados al cambio climático, como el incremento de aridez, provocarán desajustes en los ciclos del carbono, nitrógeno y fósforo, vitales para el desarrollo de la vida.
Bajo un escenario árido, el riesgo de extinción de las tortugas mediterráneas se acentúa debido a una falta de reclutamiento de nuevos individuos reproductores en las poblaciones.