Tanto en los países que han prohibido el uso de amianto como en los países que todavía lo utilizan existe un gran número de trabajadores que tienen un elevado riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el amianto, en particular cáncer de pulmón y mesoteliomas. Según una declaración oficial presentada por el Collegium Ramazzini –una academia internacional de 180 expertos en salud ambiental y ocupacional de 35 países–, la exposición al amianto provoca unas 107.000 muertes en todo el mundo.