Los atunes se enjaulan en alta mar y se remolcan a la costa para engordarlos en otras jaulas. Ahora investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y del Instituto Español de Oceanografía han desarrollo una técnica, mediante sistemas de medición acústica y de visión estereoscópica, que permite contarlos y medirlos de forma automática durante el traspaso de una jaula otra. Así se estiman mejor las cuotas de pesca establecidas por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico.
Los datos se extraen de la primera clasificación de las 61 especies conocidas de atunes y peces picudos realizada según los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La especie más amenazada es el atún rojo del Sur (Thunnus maccoyii) que se encuentra en peligro crítico.