Algunos pueblos indígenas de Sudamérica preparan una bebida llamada ayahuasca, a base de compuestos psicoactivos que provocan efectos alucinógenos. Un nuevo estudio demuestra que en las ceremonias chamánicas de hace unos mil años ya se usaba este brebaje. El análisis de los restos orgánicos de un atadijo ritual ha revelado la presencia de al menos cinco componentes estupefacientes.