A partir de la octava semana de gestación y a través de un sencillo análisis de sangre que recoge ADN, una nueva prueba permite conocer con gran fiabilidad el sexo del feto. Además, podrán ser diagnosticadas enfermedades monogénicas ligadas al cromosoma X, como la hemofilia o la distrofia muscular. La investigación se ha desarrollado en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada.