Un nuevo estudio indica que esta capacidad de los seres vivos de producir luz mediante reacciones químicas surgió en un grupo de invertebrados marinos, llamados octocorales. Los resultados retrasan en casi 300 millones de años el récord anterior de la aparición más antigua de este rasgo luminoso en animales.
La bioluminiscencia permite a algunos seres vivos proyectar luz hacia el exterior como resultado de una reacción bioquímica. Los peces ojos de linterna (Anomalopidae), protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia, utilizan esta capacidad para organizarse por la noche, según un estudio realizado en dos expediciones a las Islas Salomón.
Un equipo internacional de investigadores con participación española ha revelado el proceso por el que un hongo emite luz. Según el estudio, a partir de sus genes se podrían iluminar a otros organismos en el laboratorio.
Hasta ahora se había pensado que el brillo de algunas especies de hongos era parte de un proceso metabólico. Pero un reciente estudio sobre una variedad brasileña revela que la bioluminiscencia sirve para atraer a los insectos que harán posible su reproducción al propagar las esporas.
Un investigador de la Universidad de Sevilla ha patentado un procedimiento de cultivo de microorganismos bioluminiscentes para su uso en dispositivos de iluminación ambiental y señalización. Estos microorganismos no tienen la potencia que puede tener una farola, pero con un cultivo adecuado podrían servir como iluminación de emergencia o en espacios naturales, al no tener que incluir elementos artificiales para su funcionamiento, según el experto.
La bioluminiscencia marina es la capacidad de numerosos organismos marinos de emitir luz a partir de reacciones químicas. Observaciones del telescopio submarino Antares han permitido que un equipo de científicos relacione este fenómeno lumínico en las profundidades oceánicas con el hundimiento de aguas densas.