Las personas que estuvieron expuestas a la radiación producida por las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki tienen un riesgo mucho mayor de padecer cáncer. Sin embargo, un nuevo estudio que tiene en cuenta más de 60 años de investigación médica concluye que los efectos nocivos a largo plazo en la salud de la población se han exagerado y son menores de lo que la población mundial y muchos científicos creen.
Las células cancerosas consiguen sobrevivir en el centro del tumor donde apenas llegan los vasos sanguíneos que las alimenta. Un nuevo estudio, publicado en Cancer Cell, da pistas sobre cómo aparece la resistencia a los fármacos que hacen ‘pasar hambre’ al tumor, y cómo se las arreglan las células para seguir proliferando en ausencia de glucosa.
Las dietas ricas en alimentos de origen vegetal se asocian a una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Los motivos de estos efectos son variados pero se ha especulado sobre la presencia en estos alimentos de fitoestrógenos, compuestos que poseen una estructura similar a los estrógenos, lo que les confiere propiedades como moduladores hormonales. Están presentes en los aceites de oliva vírgenes.
Un nuevo estudio ha fijado cuáles son las necesidades de los adolescentes después de someterse a un tratamiento oncológico. Los afectados coinciden en que estar bien físicamente y emocionalmente, volver a sentirse “normal” socialmente y emprender una vida libre de la enfermedad, son las principales necesidades.
Determinadas variaciones en los genes asociados al pelo rojo aumentan la probabilidad de sufrir melanoma, el cáncer de piel responsable del 80% de las muertes. Así lo indica un estudio, publicado en Nature Communications, que revela cómo la carga de mutaciones puede ser comparable a dos décadas de exposición al sol.
Científicos del IDIBELL y del Instituto Sanger de Reino Unido elaboran un catálogo de 1.000 tumores con sus alteraciones y sensibilidades a medicamentos. Los resultados, publicados en la revista Cell, han facilitado un mapa integral de las lesiones epigenéticas y genéticas de los tumores humanos que servirá para predecir respuestas a un amplio repertorio de fármacos oncológicos.
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer ha hecho público un nuevo estudio que muestra cómo los niveles más altos de selenio en sangre o de selenoproteína P –la proteína que distribuye el selenio del hígado en todo el cuerpo– se asocian con un menor riesgo de cáncer de hígado, en particular carcinoma hepatocelular.
Conocer la progresión del cáncer colorrectal puede suponer nuevas perspectivas a la hora de conocer los factores que potencian esta patología y seleccionar terapias efectivas. Este avance científico, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se ha conseguido mediante el diseño de un nuevo método computacional.
Una investigación internacional sugiere que la inhibición de la proteína NKX2-3 podría ser una estrategia terapéutica selectiva en el linfoma de la zona marginal, que representan el 10% de los linfomas B, un tipo de tumor hematológico. NKX2-3, una proteína implicada en el desarrollo de la enfermedad de Crohn, hasta la fecha no se había asociado con el desarrollo de cáncer.
En el organismo existen células que tienen propiedades antitumorales, como las células madre mesenquimales de placenta. Un consorcio español de investigadores, liderado por la Universidad Complutense de Madrid, ha utilizado estas células como vehículo en el que insertar nanopartículas cargadas con fármacos antitumorales. La capacidad migratoria de estas células madre les permite llegar al tumor, donde expulsan las nanopartículas que acaban con las células malignas, multiplicando su efecto. El modelo ha sido probado en ratas y en líneas celulares de laboratorio.