Un depredador extremadamente eficaz, así era el anficiónido Magericyon anceps, miembro de una familia extinta emparentada con los cánidos y los úrsidos. El análisis de sus fósiles, realizada por paleontólogos del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Universidad de Alcalá, revela que este mamífero carnívoro del tamaño de una leona tenía un cuello dotado con una fuerte musculatura que le permitía matar y descarnar a sus presas.
Hace entre 20 y 25 millones de años, Norteamérica pasó de ser un lugar boscoso con clima cálido a una llanura de grandes extensiones con clima seco y frío. Este cambio en la vegetación afectó a la evolución de los cánidos, que se volvieron más gráciles y estilizados al cambiar sus métodos de caza. Así lo revela un estudio internacional liderado por un científico español.