La alergia al cacahuete no entiende de romanticismos y puede brotar en la persona alérgica tras haber besado a alguien que haya comido el fruto seco o algún alimento que lo contenga. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han diseñado tres biosensores que detectan las principales proteínas alergénicas del cacahuete en muestras de saliva y de alimentos.
Investigadores del centro CEIGRAM han desarrollado una herramienta informática que pronostica la evolución en el suministro de maíz, patata y cacahuete, considerando los posibles efectos climatológicos y ambientales. El programa se ha aplicado a los productos de la compañía PepsiCo Iberia.