Este 21 de diciembre comienza un nuevo ‘siglo’ según uno de los tres calendarios del antiguo mundo maya. Pero solo eso. Lejos del apocalipsis y las catástrofes, la ocasión invita a conocer mejor cómo el arte, la magia, la astronomía y las matemáticas se fundían en la vida de aquel pueblo ancestral.
Investigadores de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) han concluido que el santuario celtibérico descubierto en Segeda (Calatayud) en 2004 se utilizaba como un calendario perfecto, ajustado a los movimientos astronómicos del sol y la luna. Este santuario, que data del siglo II d.C, es el único calendario de ciclo lunisolar conservado de la Antigüedad en toda la región mediterránea.