Hay pruebas demográficas y hormonales de que las hembras de la comunidad Ngogo de chimpancés salvajes del Parque Nacional de Kibale, en Uganda, viven alrededor del 20 % de su existencia en estado posreproductivo. Lo confirma un estudio internacional, que encabezan científicos de la Universidad de California, en EE UU, y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania.
Casi cien años después de que el psicólogo Wolfgang Köhler publicara sus hallazgos, que cambiarían nuestra visión sobre otros primates, un investigador español descubre el destino de aquellos animales, que viajaron de Camerún a Canarias, antes de continuar su periplo hacia Europa continental.
Los chimpancés en cautividad son capaces de descubrir por sí solos cómo usar herramientas para excavar comida enterrada. Lo ha descubierto un equipo de científicos, con participación española, al analizar el comportamiento de diez individuos de un zoo noruego.
Si alguien perjudica a otros, los humanos tendemos a querer que se le castigue para que no se vuelva a repetir su mala acción. Un equipo de científicos ha analizado los orígenes de esta motivación en unos experimentos con niños y con chimpancés y concluye que tanto los grandes simios como los niños a partir de los seis años quieren ver cómo el otro recibe el castigo.
El cerebro de los humanos es más grande que el de los otros primates, pero no es lo más característico. Un equipo internacional con participación española ha realizado el análisis más completo sobre muestras de tejido de varias regiones de cerebros de humanos, chimpancés y macacos, y confirma que la mayor diferencia con nuestro cerebro se produce en la región asociada al movimiento y por tanto a la bipedación.
Los científicos ya habían observado que los chimpancés tienden a cooperar con otros individuos de su especie, pero hasta la fecha no se conocía el motivo por el que actúan así. Ahora, un estudio revela que la confianza es clave en las relaciones que establecen estos animales, tal y como ocurre con los seres humanos.
La cara de un chimpancé es bastante diferente a la de un ser humano, a pesar del hecho de que los primeros son nuestros parientes más cercanos en el árbol de primates. Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (EE UU) han identificado cómo podrían surgir esas distinciones estructurales en dos especies con bases genéticas casi idénticas. La clave está en cuánto, cuándo y dónde se expresan dichos genes.
Ngambe es un chimpancé de Nigeria-Camerún rescatado del tráfico ilegal de animales que ahora vive en el Limbe Wildlife Center en Camerún. / Paul Sesink Clee.
En cinco años el cambio climático podría poner en ‘jaque mate’ a gran parte de la subespecie de chimpancé más amenazada del planeta: el chimpancé de Nigeria-Camerún (Pan troglodytes ellioti). La pérdida de su hábitat será drástica en 2020 y podría desaparecer por completo en 2080 en el centro de Camerún.