El programa del gran colisionador de hadrones o LHC está definido para las próximas dos décadas, pero el CERN ya mira más allá. Los responsables del centro donde se ha descubierto el bosón de Higgs han comenzado a valorar si conviene que tome el relevo un colisionador lineal compacto (CLIC) o un futuro colisionador circular (FCC), que alcanzaría energías sin precedentes dentro de un anillo de casi 100 km.