Las colonias de hormigas funcionan como organismos colectivos hipercoordinados: cada individuo actúa como si fuera una célula dentro de un solo cuerpo. Y al igual que ocurre en un organismo, cuando una parte se infecta, el resto debe detectarla y eliminarla antes de que la enfermedad se propague.
Durante los últimos 40 años, el número total de pingüinos Adelia, una de las especies más comunes en la península antártica, ha disminuido de forma constante. O eso es lo que creían los biólogos. Un equipo científico acaba de anunciar el hallazgo de una colonia de más de un millón y medio de ejemplares de esta especie en los islotes Peligro, un archipiélago rocoso situado al norte de la Antártida. Lo sorprendente es que esta población no solo es la mayor del continente, sino que no parece haber sufrido un declive.
Investigadores de la Universidad de Granada han desarrollado un algoritmo bioinspirado en las colonias de abejas que puede ayudar a las fuerzas de seguridad a tomar las decisiones para desarticular redes sociales peligrosas La herramienta detecta e identifica de manera automática cuáles son los actores o nodos más problemáticos dentro de una determinada red y las relaciones de interconexión entre ellos.