La congestión nasal, los estornudos y otras molestias típicas de la rinitis son más graves para los habitantes de regiones con niveles elevados de polución. A pesar de que se trata de una enfermedad no mortal, supone un desafío importante para la salud pública y está vinculada a un deterioro en la vida cotidiana de quienes la sufren.
El coste anual de la congestión en las carreteras de la UE supone un gasto de 111.300 millones de euros, lo que representa cerca del 1% de su PIB. Solo los conductores españoles pierden cada año 420 millones de horas atrapados en los atascos, especialmente en Madrid y Barcelona. Así lo recoge un informe del Instituto de Prospectiva Tecnológica (JRC-IPTS) de la Comisión Europea presentado esta semana en Sevilla.