Varios proyectos del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía tratan de ofrecer soluciones a la industria cosmética y a las entidades gestoras de los espacios costeros ante el daño que los fotoprotectores causan en los ecosistemas marinos.
Hace tres años, esta química especializada en investigación biomédica fundó la empresa Roka Furadada. El proyecto de Judit Camargo ha logrado una subvención europea de 1,7 millones de euros para avanzar en las últimas fases de desarrollo de una nueva generación de ingredientes que aumentan hasta seis veces la eficacia de las cremas solares frente a la radiación UV y que no son tóxicos para los ecosistemas acuáticos.