Imágenes de satélite revelan que la extensión geográfica de la actividad minera en la región de Madre de Dios (Perú) se ha multiplicado por cinco entre 1999 y 2012. Los niveles de deforestación que provoca se han triplicado, debido, sobre todo, a la proliferación de yacimientos clandestinos.
Hasta hace solo unos años, los fondos someros cantábricos escondían verdaderos bosques de grandes algas pardas conocidas como laminarias. Pero el aumento de la temperatura de las aguas las ha arrastrado al borde de la extinción en estas costas y está acarreando múltiples consecuencias sobre el ecosistema, una situación que preocupa a científicos de toda Europa y que una investigadora de la Universidad de Oviedo ha seguido de cerca durante 20 años.
Preservar la diversidad de las plantas servirá como amortiguador de los efectos negativos de la desertificación y el cambio climático en las zonas áridas de toda la Tierra. Esto ha concluido un equipo liderado por investigadores españoles tras analizar 224 ecosistemas de este tipo localizados en todos los continentes, excepto la Antártida.
Transparency International (TI) advierte en un nuevo informe Global de la Corrupción presentado ayer en la Fundación José Ortega y Gasset sobre los riesgos de mal uso de los fondos destinados a evitar el cambio climático. Los gobiernos prevén destinar hasta 100.000 millones de dólares al año hasta 2020 en estas medidas.
España recupera cada año más de 170.000 hectáreas de superficie de bosque, lo que lo convierte en el país europeo que mejor afronta la deforestación. Estos datos, que coinciden con la celebración del Año Internacional de los Bosques, se recogen en el informe Situación de los bosques en España que ha presentado hoy la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).
Según el comentario publicado esta semana en Nature por dos investigadores estadounidenses, Jedediah Brodie y Eric Post, es posible que los grupos internacionales de ayuda y conservación se equivoquen de camino para hacer frente a los estragos causados por el cambio climático en los bosques tropicales. Los científicos cuestionan más la acción de los seres humanos en la deforestación que el aumento de temperaturas.
Los investigadores examinaron los índices nacionales de deforestación de 85 países.
Las áreas verdes son la distribución de una deforestación reciente, y los impactos climáticos moderados y severos en los bosques tropicales del mundo.
Un estudio dirigido por la Instituto Carnegie (EE UU) ha combinado por primera vez nuevos datos de deforestación y tala selectiva con 16 proyecciones de cambio climático para los bosques tropicales de todo el mundo, que comprenden más de la mitad de todas las especies de plantas y animales que viven en el planeta. Los resultados demuestran que para 2100 entre el 18 y el 45% de las plantas y animales de los ecosistemas de bosques tropicales permanecerán tal cual los conocemos en la actualidad.
Representantes de más de 50 países se han reunido en la Conferencia Internacional sobre el Clima y Bosques en Oslo (Noruega) para impulsar la colaboración mundial en la reducción de la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo. España ha defendido el papel clave de los bosques para reducir las emisiones de CO2 con la aportación de 25 millones de euros a diferentes proyectos para reducir las emisiones de CO2.