El paisaje de las dehesas españolas es el protagonista del nuevo documental de Joaquín Gutiérrez Acha. En él recorre gran parte del territorio peninsular entre alcornoques, encinas y quejicos. En este ecosistema, único en el mundo, el director nos enseña cómo conviven, cazan y pelean algunas de las especies más valiosas del bosque mediterráneo.
La seca de la encina ha puesto en jaque la sostenibilidad de las dehesas y se ha convertido en uno de los problemas de sanidad forestal que más preocupan a la comunidad científica. A pesar de que se considera al patógeno Phytophthora cinnamomi, popularmente conocido como fitóftora, como el principal desencadenante de esta situación, los condicionantes externos como los eventos de sequía extrema también son determinantes en el proceso de muerte del arbolado.
Un equipo español de científicos ha diseñado un modelo bioecónomico para el estudio del impacto de las sequías en la explotaciones ganaderas con base a pastos. El patrón de sequías que soportan los ambientes mediterráneos está cambiando debido al efecto del cambio climático.
Las dehesas mediterráneas forman característicos paisajes donde conviven pastos herbáceos con un arbolado disperso. Se desarrollan sobre suelos muy pobres, de escasa aptitud agrícola, cuyo principal aprovechamiento es la ganadería extensiva. Un equipo de investigadores ha estudiado los efectos de los diferentes tipos de ganado sobre estas zonas y ha evaluado sus posibilidades de regeneración. Según el trabajo, la presencia de ungulados silvestres y de ovejas permite mayor regeneración vegetal que el pastoreo por parte del ganado bovino.
La dehesa aporta beneficios ambientales, económicos y sociales no reconocidos plenamente ni por el mercado ni por la Unión Europea. Un nuevo estudio, realizado por expertos de la Universidad de Extremadura (UEx), propone que la sostenibilidad de estas explotaciones agrosilvopastoriles constituya un criterio adicional en la percepción de ayudas en el marco de la Política Agraria Común (PAC). Las instituciones comunitarias debaten en al actualidad esta propuesta.
Sin la dehesa no hay encinas, sin las encinas no hay bellotas, sin bellotas no hay cerdo ibérico y sin cerdo ibérico no hay jamón. Con esta premisa se puso en marcha un ambicioso proyecto que aún está creciendo, incorporando socios, buscando financiación y multiplicando su ámbito de actuación: el objetivo es estudiar la dehesa de forma íntegra para salvarla, puesto que los expertos aseguran que se trata de un ecosistema en peligro por diversos factores, como la sobreexplotación ganadera, una enfermedad que seca las encinas y el cambio climático.