Con Romería, la directora cierra su trilogía familiar abierta con Estiu 1993(Verano 1993) y Alcarràs, para adentrarse en la historia de sus padres en medio de una crisis sanitaria que arrasó a quienes consumían heroína. Transforma así aquella fractura social y epidemiológica en un relato íntimo y colectivo que cuestiona cómo se vivió y cómo sigue representándose el VIH en España.
Su investigación se ha centrado, desde sus inicios, en la biosistemática de plantas.