Considerados torpes e incluso ‘bobos’, los dodos se extinguieron rápidamente tras la llegada de los europeos a la isla donde vivieron en el océano Índico hasta el siglo XVII. A pesar de que su reputación se extendió a la cultura popular, un nuevo estudio, que ha escaneado el cráneo de esta y otras aves, demuestra que en realidad eran más inteligentes de lo que se creía, y que desarrollaron más su olfato que su vista, contrariamente a la mayoría de los pájaros.